miércoles, 23 de abril de 2008

DIA DEL IDIOMA


EXTRANJERISMOS

Se llama extranjerismos a los vocablos, frases y demás giros idiomáticos de una lengua que se emplean corrientemente en otra. Su origen se explica porque no existe lengua alguna que tenga un vocabulario tan extenso y completo que pueda cubrir todas las necesidades expresivas de sus hablantes. Principalmente ahora cuando, como consecuencia de los avances alcanzados en todas las esferas de la actividad cotidiana, esas necesidades expresivas se han multiplicado y constantemente surgen nuevas, ante nuevas situaciones, que obligan a dar nombre a lo que antes no existía pero que ha comenzado a existir.
Esos nuevos nombres pueden ser creados en la propia lengua mediante los procedimientos adecuados para ello; son los neologismos. Pero también pueden ser traídos desde otros idiomas. Por ello los lingüistas prefieren sustituir la expresión "extranjerismos" por "préstamos lingüísticos".
Esta última forma no nos gusta mucho, porque la palabra "préstamo" da idea de algo que se tiene provisionalmente y que hay que devolver, y no es ese el caso del "extranjerismo", pues se trata de vocablos que casi siempre se arraigan y adquieren, por así decirlo, carta de nacionalidad.
Todo idioma, por rico y expresivo que sea, siempre ha tenido, tiene y tendrá necesidad de recurrir a nuevos vocablos, y muchos de estos nos vendrán por la vía de los extranjerismos.

Como se sabe, el Castellano es una lengua romance, es decir, es derivada del antiguo Latín, el idioma nacional de los romanos, que era hablado en casi todo el vasto territorio del Imperio que tenía a Roma como capital. Por ello la mayoría de las palabras que forman el léxico castellano derivan de vocablos latinos, pero no pueden considerarse extranjerismos, sino raíces lexicales, ya que no son vocablos adoptados a partir de cierto momento, sino que han sido producto de una evolución larga y compleja, que llevó inicialmente a lo que hoy es nuestro idioma a ser un dialecto del Latín, el cual, al ir evolucionando, cambiando y enriqueciéndose, se convirtió en el idioma castellano.
Igual ocurre con la antigua lengua griega. El Griego es, a su vez, una de las fuentes que mayor cantidad de palabras aportan al Latín, y esas palabras de origen griego nos llegan al Castellano por derecho propio, a través del Latín, por lo que tampoco pueden considerarse "extranjerismos".
Pero sí son extranjerismos, en este caso "latinismos" o "grecismos" o "helenismos", los vocablos que modernamente se incorporan a nuestro léxico partiendo de raíces latinas o griegas, cuando ya el Castellano estaba completamente formado como idioma. Es lo que ocurre sobre todo con palabras del campo de las ciencias y la tecnología, que son adoptadas o inventadas por la necesidad de dar nombres a ciertos hechos. Se ve, por ejemplo, en relación con las enfermedades.

Nuestra lengua recibe muchos otros extranjerismos, provenientes de diversos idiomas. Se calcula que en Castellano tenemos más de 4.000 palabras de origen árabe: adalid, atalaya, zaga, alfanje, tambor, alférez, jáquima, acequia, zanahoria, aljibe, noria, alcachofa, algarrobo, berenjena, alfalfa, tahona, algazara, arríate, azucena, adelfa, alhelí, azahar, espliego, almacén, arancel, tarifa, aduana, arroba, arrabal, aldea, alcaraván, alcalde, alguacil, redoma, alambique, mezquino, jarabe, baldío, acicalar (se), etc.
De origen germánico, antigua lengua raíz del moderno Alemán, son: rapar, brotar, hato, realengo, abolengo, albergue, espuela, guarecer (se), tregua, tejón, bramar, guardia, guardián, espía, espuela, ropa, ataviar, esquila, parra, tapa, aspa, rueca, ganso, marta, agasajar, ufano, avidez, gana, triscar y muchos nombres propios como Álvaro, Fernando, Rodrigo, Rosendo, Argimiro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, Adolfo, Ramiro, Bermudo, Galindo, Froilán, etc.
Del Alemán moderno: bigote, brindis, chambergo, quindergarten, sable, feldespato, cuarzo, bismuto, potasa, zinc, níquel, vals, obús, blindar, estas tres últimas a través del Francés, etc.
Del Francés antiguo y moderno nos vienen: elite, chofer, carnet, paltó, servilleta, trinchera, batallón, ujier, furriel, endosar, madama, damisela, rosicler, papá, mamá, chaperona, champaña, cordón, corchete, edredón, bulevar, etc.
Del Italiano: corbata, escopeta, arlequín, parapeto, centinela, escolta, bisoño, fragata, mesana, piloto, banca, esbozo, esbelto, escorzo, diseño, modelo, balcón, cornisa, fachada, cuarteto, terceto, soneto, estancia, madrigal, novela, cortejar, festejar, manejar, pedante, bagatela, capricho, poltrona, gastar, hostería, foso, celada, designio, terracota, esfumar, lontananza, diletante, aria, partitura, romanza, libreto, batuta, ferroviario, analfabetismo, casino, fiasco, pasticho, Lisandro, Sandro (a), Enzo, etc.
Del Portugués: íngrimo, barroco, saudade, mermelada, sarao, menino (a), echar de menos, oporto.
Del Ruso: troika, balalaica, samovar, Iván, Vladimir, Sonia, Olga. Del Chino: sampán, charol.

Nuestra lengua recibe muchos otros extranjerismos, provenientes de diversos idiomas. Se calcula que en Castellano tenemos más de 4.000 palabras de origen árabe: adalid, atalaya, zaga, alfanje, tambor, alférez, jáquima, acequia, zanahoria, aljibe, noria, alcachofa, algarrobo, berenjena, alfalfa, tahona, algazara, arríate, azucena, adelfa, alhelí, azahar, espliego, almacén, arancel, tarifa, aduana, arroba, arrabal, aldea, alcaraván, alcalde, alguacil, redoma, alambique, mezquino, jarabe, baldío, acicalar (se), etc.
De origen germánico, antigua lengua raíz del moderno Alemán, son: rapar, brotar, hato, realengo, abolengo, albergue, espuela, guarecer (se), tregua, tejón, bramar, guardia, guardián, espía, espuela, ropa, ataviar, esquila, parra, tapa, aspa, rueca, ganso, marta, agasajar, ufano, avidez, gana, triscar y muchos nombres propios como Álvaro, Fernando, Rodrigo, Rosendo, Argimiro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, Adolfo, Ramiro, Bermudo, Galindo, Froilán, etc.
Del Alemán moderno: bigote, brindis, chambergo, quindergarten, sable, feldespato, cuarzo, bismuto, potasa, zinc, níquel, vals, obús, blindar, estas tres últimas a través del Francés, etc.
Del Francés antiguo y moderno nos vienen: elite, chofer, carnet, paltó, servilleta, trinchera, batallón, ujier, furriel, endosar, madama, damisela, rosicler, papá, mamá, chaperona, champaña, cordón, corchete, edredón, bulevar, etc.
Del Italiano: corbata, escopeta, arlequín, parapeto, centinela, escolta, bisoño, fragata, mesana, piloto, banca, esbozo, esbelto, escorzo, diseño, modelo, balcón, cornisa, fachada, cuarteto, terceto, soneto, estancia, madrigal, novela, cortejar, festejar, manejar, pedante, bagatela, capricho, poltrona, gastar, hostería, foso, celada, designio, terracota, esfumar, lontananza, diletante, aria, partitura, romanza, libreto, batuta, ferroviario, analfabetismo, casino, fiasco, pasticho, Lisandro, Sandro (a), Enzo, etc.
Del Portugués: íngrimo, barroco, saudade, mermelada, sarao, menino (a), echar de menos, oporto.
Del Ruso: troika, balalaica, samovar, Iván, Vladimir, Sonia, Olga. Del Chino: sampán, charol.

Nuestra lengua recibe muchos otros extranjerismos, provenientes de diversos idiomas. Se calcula que en Castellano tenemos más de 4.000 palabras de origen árabe: adalid, atalaya, zaga, alfanje, tambor, alférez, jáquima, acequia, zanahoria, aljibe, noria, alcachofa, algarrobo, berenjena, alfalfa, tahona, algazara, arríate, azucena, adelfa, alhelí, azahar, espliego, almacén, arancel, tarifa, aduana, arroba, arrabal, aldea, alcaraván, alcalde, alguacil, redoma, alambique, mezquino, jarabe, baldío, acicalar (se), etc.
De origen germánico, antigua lengua raíz del moderno Alemán, son: rapar, brotar, hato, realengo, abolengo, albergue, espuela, guarecer (se), tregua, tejón, bramar, guardia, guardián, espía, espuela, ropa, ataviar, esquila, parra, tapa, aspa, rueca, ganso, marta, agasajar, ufano, avidez, gana, triscar y muchos nombres propios como Álvaro, Fernando, Rodrigo, Rosendo, Argimiro, Elvira, Gonzalo, Alfonso, Adolfo, Ramiro, Bermudo, Galindo, Froilán, etc.
Del Alemán moderno: bigote, brindis, chambergo, quindergarten, sable, feldespato, cuarzo, bismuto, potasa, zinc, níquel, vals, obús, blindar, estas tres últimas a través del Francés, etc.
Del Francés antiguo y moderno nos vienen: elite, chofer, carnet, paltó, servilleta, trinchera, batallón, ujier, furriel, endosar, madama, damisela, rosicler, papá, mamá, chaperona, champaña, cordón, corchete, edredón, bulevar, etc.
Del Italiano: corbata, escopeta, arlequín, parapeto, centinela, escolta, bisoño, fragata, mesana, piloto, banca, esbozo, esbelto, escorzo, diseño, modelo, balcón, cornisa, fachada, cuarteto, terceto, soneto, estancia, madrigal, novela, cortejar, festejar, manejar, pedante, bagatela, capricho, poltrona, gastar, hostería, foso, celada, designio, terracota, esfumar, lontananza, diletante, aria, partitura, romanza, libreto, batuta, ferroviario, analfabetismo, casino, fiasco, pasticho, Lisandro, Sandro (a), Enzo, etc.
Del Portugués: íngrimo, barroco, saudade, mermelada, sarao, menino (a), echar de menos, oporto.
Del Ruso: troika, balalaica, samovar, Iván, Vladimir, Sonia, Olga. Del Chino: sampán, charol.

No hay comentarios: